Viviana Rodriguez

¿Qué es el arte para vos?
Voy a tomar prestadas unas geniales palabras de Stephen Nachmanovitch, de su libro Free Play porque es exactamente lo que siento cuando hago mi arte.
Sumergirnos en el oficio, en el micromomento, olvidar la mente, olvidar el cuerpo, olvidar porqué lo hacemos y quién está allí, es la esencia del oficio y la esencia de hacer nuestro trabajo como arte.
En la medida en que podamos vaciarnos de esa manera, podremos ser artistas espirituales. La entrega incondicional llega cuando me doy cuenta por completo, no con el cerebro sino con los huesos, de que esto que mi vida o mi arte me ha dado es más grande que mis manos, más grande que cualquier comprensión consciente que pueda tener de ello, más grande que cualquier capacidad que sea solamente mia.
¿Cómo te acercaste al arte?
A partir de una crisis. Estaba atravesando una separación y una profunda crisis profesional. En ese contexto comienzo una nueva carrera, la de diseño de interiores. Y esa carrera fue la disparadora para que me acercara a este maravilloso mundo del arte que ha cambiado mi vida para siempre.
¿Qué cosas te inspiran?
Mi infancia, la cultura japonesa, mis viajes por el mundo, la economía.
¿Qué temas son recurrentes en tu obra?
Por un lado mi infancia. Los juegos que jugaba de pequeña, los comics que dibujaba, los libros que leía. Mi obra es de alguna manera autobiográfica. Por otro lado el contexto económico que vamos atravesando los argentinos, lo traduzco en obra con billetes.
¿Cómo es tu proceso de producción?
Se me presenta claramente la imagen de la obra. Reúno los materiales necesarios y comienzo sin más a trabajar en esa imagen. Mis obras requieren de mucho tiempo de ejecución. No tengo ayudantes de taller. Todo el proceso es íntegramente personal y requiere de mucha concentración y dedicación. No suelo trabajar en más de una obra a la vez y trabajo por series. Y ciertamente una serie tuvo que haber ocurrido para que aparezca la siguiente. Es un proceso inevitable en mi producción estética.
¿Cómo definirías tu obra en cuanto a tradición, estilo, escuela o corriente?
En mis trabajos se conjugan el oficio y los procesos artesanales por un lado y lo conceptual por otro. Trabajo con papel. Me interesa el proceso de transformación del material, descubrir qué es capaz de construir, hasta dónde puede crecer, en qué se puede transformar, cuál es su ductilidad y su límite. Una vez definido ese corpus, mi tarea de traducción implica buscar en cada obra, esa íntima relación entre lenguajes que poco tienen que ver con el mensaje en su literalidad y tanto con mi espíritu.
¿Cuáles serían tus referentes artísticos?
El arte textil por un lado a través de los tejidos y bordados de mis abuelas y todo lo que me enseñó mi maestro Carlos Ara Monti.
¿Qué artistas te interesan de las generaciones anteriores y posteriores?
Michelangelo, Antoni Gaudi, los artistas puntillistas, Henri Toulousse Lautrec, Alphonse Mucha, Gustav Klimt, el art nouveau en general, Pablo Picasso, Vasily Kandinsky, los artistas de la escuela Bauhaus, Alexander Calder, Gego, Macaparana, Mona Hatoum, Louise Bourgeois, Adriana Varejao, Jeff Koons, Ai Weiwei, Hokusai y tantos otros del mundo flotante japonés, Takashi Murakami, Ernesto Neto, Nick Cave, Vik Muniz, Ron Mueck, Xul Solar, Raul Soldi, Julio Le Park, Eugenio Cuttica, Jorge Macchi, Sebastian Gordin.
¿Qué te gustaría que aporte tu arte al mundo (o a quienes lo observan)?
Belleza y un viaje al interior de quien lo observa. Los seres humanos necesitamos la belleza para vivir. No es un deseo superficial, está relacionado con nuestro bienestar.