Gastón Aíta

Gastón Aíta

Gaston Aita

Gastón Aita (1972) es uno de los escultores más relevantes de la escena artística local. Otro hijo pródigo de Rosario. Y cuando decimos pródigo no es en el sentido de la parábola evangélica, sino por el despilfarro de talento.

Las esculturas de Gastón Aita, como un espejo de su propio personaje, son una casi imposible conjunción de ironía, ternura, sarcasmo e inocencia. Casi tan imposible como la que moldea al propio artista, inclaudicable en la escucha de rock black metal, fanático de Rosario Central, y poseedor de una sensibilidad nata ante los profundos desequilibrios de la realidad social. Su inspiración está en la calle y son personas de carne y hueso, a los que él esculpe amorosamente para trasladarlos luego a situaciones grotescas.

El absurdo es su obsesión, y puede delirar con una idea hasta convertirla en una pieza única que terminará siendo protagonista de algún rincón del mundo.

Gastón expone regularmente en Buenos Aires y Nueva York (aunque su obra también se exhibió en Los Angeles y Palm Beach). Allí, como en Argentina, tiene compradores ilustres, que también impulsaron su carrera.

Saca unas doce piezas al año, y sus seguidores esperan curiosos la siguiente obra que ingresará al catálogo.

Como muchos rosarinos, Gastón lleva en el corazón al Negro Fontanarosa, a quien admira como artista.

Sus esculturas son de resina poliester y diferentes metales que recicla para darle contexto a sus personajes. En muchas casas y talleres de Rosario hay un rincón para juntarle chatarra a Gastón. Una vieja correa de auto o un ventilador de heladera pueden transformarse en arte cuando pasan por sus manos.

Las obras de Aita son coleccionadas en América latina, Europa, China y los Estados Unidos.